Después de quince años viviendo, trabajando y pagando mis impuestos en España, ¡por fin he obtenido la nacionalidad española! ¡Estoy súper feliz! Voy a poder gritar y cantarles a mis amigos: “¡Soy español, español!” Ello, se lo debo en gran parte a Trámites Fáciles Santander Abogados & Asesores, un despacho multidisciplinar que comprende un servicio de asesoría contable fiscal y laboral para empresas y autónomos, una gestoría administrativa, y un servicio jurídico formado por abogados pertenecientes al Ilustre Colegio de Abogados de Cantabria. Gracias a la gran profesionalidad de los abogados de la firma, mi proceso para la obtención de la nacionalidad Española no ha sido tan penoso y largo como ha podido serlo para algunos de mis compañeros mejicanos como yo o de otras nacionalidades, ya que al ser estos abogados especializados en derecho de extranjería han podido ofrecerme, por esa misma razón, un asesoramiento personalizado. Con ello, me han acompañado y apoyado en todo momento para la preparación a los exámenes convocados que piden a día de hoy para la obtención de la nacionalidad española.
Ser español no reside solamente en tener un vulgar DNI
Yo llevaba muchísimo tiempo anhelando naturalizarme español, porque en verdad es lo que siento que soy en lo más hondo de mi corazón. Estoy perfectamente adaptado y me conozco la historia y la cultura de España mejor que muchos españoles de cuna. En cuanto a la ortografía y demás, os puedo asegurar que a mí no se me olvida ni una sola tilde diacrítica –y mira que en América Latina lo de la entonación no siempre cae en las mismas sílabas que en España– y que me conozco los usos y costumbres de cualquier región de España. Yo opino, sencillamente, que uno es del lugar donde mejor y más a gusto se siente. En mi caso, sin lugar a duda, es España. Aquí, aunque mis raíces estén en México, he echado otras nuevas y llevo una vida ordenada, normal y feliz con cantidades de amigos, tanto españoles como extranjeros, un trabajo de ingeniero que me encanta, y desde hace unos pocos meses, una pareja que adoro. ¿Qué más puedo soñar o pedir? España me lo ha dado todo y me identifico con sus valores. Con ello, no tengo para nada la intención de volver algún día para México, un país en el que ya no tengo a nadie y que se ha vuelto para mí extranjero e inseguro. Por ello, decidí hace un tiempo realizar los trámites posteriores a la adquisición de la nacionalidad española dirigiéndome al Registro Civil. Yo me sentía español y ello debía figurar también en mi Documento de Identificación Nacional. ¡Así de sencillo lo concebía yo!
Dicho esto, lo que hay que saber es que desde el 15 de octubre de 2015 el proceso para la adquisición de la nacionalidad española por residencia ya no es algo gratuito como lo era hasta entonces. En efecto, a día de hoy es necesario pagar por el comienzo del expediente y por la realización de los exámenes de español y diversos conocimientos culturales que piden para su obtención. Así pues, hay que abonar para empezar una tasa administrativa de 100 euros para que la solicitud siga su curso. Que conste que dicho importe, aunque la respuesta a la naturalización sea negativa, ¡no se devuelve! Luego de ello, uno se tiene que preparar a pasar unos exámenes para que se pueda valorar objetivamente la integración del solicitante en España. Éstos consisten en una prueba de idioma y otra sobre el constitucionalismo, la historia y cultura españolas. Claro está que para ello habrá que abonar de nuevo un coste de aproximadamente 124 euros para el examen de idioma, y uno de 85 euros para el examen referente al de los conocimientos constitucionales y socioculturales de España. Por otra parte, no hay que olvidar que a todo ello hay que añadir el coste relativo a la obtención de documentos, legalización y traducción, así como, los costes de abogados o gestores administrativos si se opta por contratar los servicios de un abogado experto en extranjería, tal y como lo hice yo dirigiéndome para ello al despacho Trámites Fáciles Santander Abogados & Asesores. Francamente y aunque ello cueste un poquito más, la verdad es que vale la pena hacerlo porque te ahorras un tiempo valioso y en caso de problema, ¡siempre puedes acudir en la mayor brevedad a tu abogado especializado! ¡Eso no tiene precio!, de hecho, así lo dice el refrán popular: “El tiempo es oro”…