“Me resultaba difícil experimentar por libre lo que me podía favorecer más, ya no solo los colores sino las formas. Gracias a contratar a un personal shopper en Madrid, cuando ahora me miro al espejo con mis colores recomendados me veo q tengo más luz en la cara y por eso me siento más guapa e incluso me veo elegante aunque me vista con unos jeans sencillos”, asegura la bilbaína Carmen Mazariegos acerca de su experiencia personal con un asesor de imagen de Madrid.
El desarrollo del comercio electrónico y la cada vez mayor confianza de los consumidores en la compra online ha descubierto para los aficionados a la moda un vastísimo campo en el que complacer todas sus apetencias a un solo click de ratón. Por medio de las tiendas online, el cliente puede tener acceso a un número casi ilimitado de catálogos, desbordados con un sinfín de marcas, estilos y precios. De este modo, una tarde navegando en las tiendas online, con la comodidad añadida de permanecer en pijama al calor de la estufa, podría equivaler a tres días de insatisfactorios y extenuantes paseos por los comercios de la ciudad. Sin embargo, comprar ropa online también posee contraindicaciones que, quien más o quien menos, ha tenido la oportunidad de sufrir en sus propias carnes. Entre ellos, se encuentra que comprar una prenda por internet puede convertirse, en cierta manera, en una cata a ciegas. Hasta que no se recibe la adquisición en casa, uno no sabe realmente cómo le va a quedar. Si le favorece, le hace bajito, le resalta los michelines pacientemente cultivados durante las navidades,… Más vale cuidarse en salud con unas garantías de devolución favorables o, si uno no se preocupa demasiado por la ética, haberse probado antes la prenda en cuestión en un establecimiento físico de toda la vida. Pero en definitiva, para resolver de una vez por todas esta eterna disyuntiva entre la ropa que nos gusta y la ropa que nos favorece –que son dos cosas muy distintas-, conviene contar con los servicios de un asesor personal de imagen.
“Nunca había contratado los servicios de una personal shopper porque pensaba que era algo muy exclusivo que sólo utilizaban los famosos pero ¡nada más lejos de la realidad!”, comenta la también bilbaína Cristina Álvarez acerca de Marta San Miguel, personal shopper en Madrid y el País Vasco. “Unas amigas me hablaron de Marta y me convencieron. Llevaba una temporada en la que estaba un poco dejada, y quedé con ella para que me hiciera un estudio de color y morfología… ¡Estuvo genial! Fue una mañana muy amena y divertida y me hizo sentir muy cómoda”, afirma. Por lo general, las cualidades mejor valoradas de este servicio exclusivo se refieren a conceptos como el asesoramiento acerca de los colores que mejor se ajustan a los rasgos del cliente, así como la discriminación de los estilos que son más acordes a su forma física e incluso su temperamento. “Marta me ayudó a ver que los colores con los que solía vestir; blanco, negro y beige, no eran los que mejor me sentaban… Descubrí que los colores fuertes y llamativos me favorecen mucho más, además me enseñó muchísimos trucos para sacarme el mayor partido: qué prendas son las que mejor me quedan, cómo debo utilizar los complementos…”, indica Álvarez en este sentido.
Y es que, según cada cual, conviene recurrir a un color que resalte nuestras virtudes al mismo tiempo que atempera nuestros posibles puntos flacos. Por ejemplo, las personas con un tono de piel muy claro y cabello rubio suelen verse favorecidas por colores intensos como el rojo o el azul oscuro, capaces de contrarrestar su languidez natural y resaltar su aspecto, aunque también hay quien recurren al dorado y colores afines para, en cambio, resaltar esta palidez que según algunos es símbolo de pureza y distinción. En cambio, para las pieles intermedias o trigueñas, más versátiles a la hora de admitir colores favorecedores, el gris suele ser una opción adecuada para resultar discreto y elegante, mientras que otros como el azul pálido o el beige resaltan las tonalidades morenas de la piel. En consecuencia, en el caso de tonos de piel más oscuros, los colores neutros e intermedios son aquellos que mejor destacan la belleza. El blanco, por supuesto, es el máximo exponente de ello, así como un comodín de gran elegancia para cualquier ocasión.