¡De verdad! Estas cosas siempre ocurren cuando más necesitas algo. ¡Qué rabia! Llevo más de un mes diciéndoles a mis familiares y amigos que este lunes les espero en casa para darles una sorpresa, ¡y mira por donde la “estúpida” de mi tele decide en este momento preciso ponerse a “hacer la tonta”! Se me apaga sola, se le van los colores, cambia de cadena también solita… Bueno, que hace unas cosas tan raras, que si no fuera porque no creo en los fantasmas ¡diría que aquí hay un poltergeist! Menos mal que he encontrado indagando por Internet a un Servicio Técnico en Alicante que realiza todo tipo de reparaciones y que se desplaza incluso a domicilio. Si surge cualquier necesidad o problema, también este servicio cuenta con un taller en San Vicente del Raspeig, donde llevan a reparar toda clase de electrodomésticos, aparatos informáticos, móviles, etcétera. Mi televisor no es de ninguna de las marcas que anuncian en la web, pero como pone que aunque no sean del servicio técnico oficial de la marca en cuestión, ellos se dedican asimismo a repararlos, y que cuentan con más de veinte años de experiencia, pues me ha parecido un plus y por ello los he llamado. He insistido sobre la urgencia del asunto.
Mi televisor es más que un simple aparato
Yo vivo sólo y aunque tenga muchos amigos, el que más compañía me hace a la hora de regresar a casa, es mi televisor. A menudo lo enciendo por escuchar algo de ruido, y eso a pesar de no estar en la misma pieza. Me conozco de memoria todos los programas, los presentadores de éstos forman un poco parte de mi “familia” también. Cuando se casan y tienen hijos, me alegro, cuando uno se separa, enferma o muere, me entristece… Pero lo que verdaderamente me apasiona son los juegos televisivos. ¡Me encantan! Los miro todos. Desde “¡Ahora caigo!, Atrapa un millón, Cifras y letras, ¿Sabes más que un niño de primaria?” hasta “Saber Ganar, Un dos tres, responda otra vez, Pasapalabra”, etcétera. Entonces, ¡claro!, a lo largo mis amigos y familiares me decían: “¿pero por qué no te presentas tú una vez a uno de estos concursos también? ¡Si sabes más que muchos de los concursantes que van allí!” Y bueno, una vez la idea sembrada, ésta fue creciendo y creciendo… hasta tomar forma y un día llegué a la conclusión de que quizá mis amigos tuviesen razón y decidí entonces prepararme para el juego televisivo que más me gustaba: “Pasapalabra”. No sé si lo conocéis (supongo que sí), este apasionante concurso está basado dicen en el modelo británico “The Alphabet Game”. En él, dos concursantes acumulan segundos en varias pruebas con palabras, que después les sirven para tener más tiempo e intentar contestar a las definiciones de la prueba final denominada “el rosco”. Ay… ¡Exquisito rosco! ¡Cuánta emoción cuando llega! Dicen que es el concurso que entregó el mayor premio de la televisión española, ¡nada más y nada menos que 2.190.000 euros! ¡Wau! ¡Ya tendría yo que aprenderme muchas de las definiciones del diccionario para llegar a un resultado similar! Pero, por intentarlo…
Y así fue como después de mi trabajo, durante los fines de semana o cuando tenía un rato libre, me fui preparando para el concurso de “Pasapalabra”. Cuando por fin me sentí seguro de mí mismo, me escribí al juego, me hicieron pasar una prueba… ¡y me cogieron! ¡No me lo podía creer! Quedarme de concursante en dicho juego no es que me haya quedado mucho tiempo (cuatro noches, que pensándolo bien tampoco está tan mal), pero mira por donde cuando precisamente van a retransmitir la primera de las noches en la que estuve presente ¡se me estropea el televisor! Menos mal que los profesionales del Servicio Técnico de Alicante se pasaron por mi casa y me lo arreglaron rápidamente. ¡Qué máquinas! Ahora, sólo me queda por esperar a mis familiares y amigos este lunes. ¿Qué dirán? ¿Se asombrarán?