Raspberry es un ordenador básico, del tamaño de una tarjeta de crédito, que a pesar de su tamaño y simplicidad ha causado expectación en la comunidad informática. Tras investigar en la red hemos descubierto que estos son los complementos y accesorios más solicitados para este dispositivo.
El Raspberry no es más que una placa base armada con un procesador, un puerto HDMI, una unidad de memoria y una ranura para integrar una tarjeta SD. Se inventó en Inglaterra para enseñar a los escolares cómo funcionaban por dentro los ordenadores y para introducirlos en el mundo de la programación.
Como dice la página oficial Raspberry Pi, este sencillo aparato, conectado a un monitor y a un teclado, es capaz de efectuar todas las funciones de un ordenador de sobremesa: navegar por internet, reproducir audio y vídeo, manipular documentos de ofimática.
El caso es que en poco más de diez años de existencia ha generado una comunidad activa en torno a él. Sobre todo por la gran capacidad de personalización del aparato. Incorporándole los accesorios adecuados y programándolo para cumplir su cometido, el Raspgerry se puede transformar en una estación meteorológica, en una emisora de radio online o en una consola de videojuegos árcade.
Pedro, técnico informático, que ha utilizado esta tecnología para varios proyectos domésticos, cuenta que existen webs especializadas en Raspberry como Tiendatec, una tienda online dedicada a la informática y la electrónica, donde puedes encontrar los accesorios necesarios para transformar tu Raspberry en lo que quieras. Él ha comprado allí complementos para construir un decodificador de Smart TV utilizando como base una placa de Raspberry.
Los accesorios que buscan los aficionados al Raspberry nos dan una idea de todo lo que se puede hacer con él. Estos son los más solicitados:
Carcasas.
Sí, como lo oyes. Lo que más buscan los usuarios de Raspberry son carcasas. Este dispositivo es, probablemente, el ordenador más barato que existe. No supera los 100 €. La razón de ello es que se vende en modelo básico, tal cual. La tarjeta digital de circuitos integrados y nada más. Esa tarjeta el usuario la adapta y personaliza según sus intereses. Como hemos dicho antes, si conectamos a través de los puertos HDMI un monitor de ordenador y un teclado, ya nos podemos poner a programar en lenguaje Python.
El problema es que las tripas del ordenador, la tarjeta, está desprotegida. Se puede llenar de polvo o puede caer agua sobre ella. Provocando que no funcione. Tomando las medidas precisas se puede fabricar una caja protectora con una impresora 3D.
Muchos usuarios compran estas carcasas. Están fabricadas en plástico, en aluminio, en metacrilato, y suelen llevar unas perforaciones o pequeñas rendijas en la parte superior, para que la placa no se recaliente.
Algunas de estas carcasas están personalizadas, con diseños particulares. Dejando las entradas de HDMI en el lugar donde nosotros las hemos colocado. Unas carcasas parecen una simple caja de cerillas, mientras otras se asemejan a un pendrive. Solo que dentro llevan el miniordenador.
Refrigeración.
El segundo problema que más preocupa a los aficionados a esta tecnología es el calentamiento de la placa. Como sucede con cualquier ordenador, si lo tenemos mucho tiempo encendido o el procesador no para de trabajar, la placa se calienta, pudiéndose quemar los circuitos o algunos de los condensadores que operan en el Raspberry.
Por su bajo consumo eléctrico, algunos informáticos opinan que el Raspberry es perfecto para tareas donde el ordenador debe estar trabajando continuamente. Ahora bien, igual que es eficiente energéticamente, también es más frágil
La forma más utilizada para enfriar la placa es colocar un ventilador. El ventilador puede trabajar desde fuera, pegado a la carcasa o integrándolo a la placa, conectándolo a los pines que lleva dentro para incorporar complementos.
La otra forma de bajar la temperatura de la placa base es colocar disipadores de aluminio o de cobre que atrapan el calor. Estos disipadores son bloques de pinchos o pines que no tienen otra función más allá que la de regular la temperatura del dispositivo.
Determinadas acciones, como reproducir video, jugar a videojuegos o compartir o bajar archivos pesados por internet, hacen que la placa se caliente con rapidez.
Teclados.
Para trabajar con un Raspberry necesitas un accesorio externo. Bien sea un teclado, un ratón, un mando o un joystick.
Con el teclado ya te puedes poner a programar o a editar documentos. Recuerda que el Raspberry utiliza un lenguaje de programación Scratch o Python, compatible con el sistema operativo Linux. Diferente al Office, que utiliza Microsoft, pero ampliamente conocido por la comunidad informática.
Los teclados utilizados para Raspberry se conectan por Bluetooth, radiofrecuencia o por medio de cables USB. Por lo general no es necesario ni programarlos. El procesador los reconoce al instante.
Los ratones se conectan por medio de un conector USB y son autónomos al teclado. Con ellos te puedes mover a lo largo de la pantalla desplegando los menús y abriendo los enlaces.
Dependiendo para lo que utilices el Raspberry, a lo mejor ni tan siquiera necesitas un teclado o un ratón. Te basta con un mando para accionar determinadas funciones. Este mando puede funcionar por radiocontrol o por Bluetooth.
Un capítulo aparte lo ocupan los joysticks, utilizados por los usuarios que emplean estos ordenadores para jugar. Estos mandos son sencillos, se conectan por HDMI y pueden funcionar como un ratón en un momento dado.
Sensores.
En tu placa base de Raspberry puedes integrar sensores que midan la temperatura ambiente, la humedad del aire, la presión atmosférica y otras variables meteorológicas. La página web de la Universidad Politécnica de Madrid nos cuenta cómo fabricar una estación meteorológica utilizando una Raspberry Pi y programándola con Linux. Esta es una de las aplicaciones más populares de este microordenador.
Montar una estación meteorológica es costoso y complejo. Con Raspberry puedes construir una con poca inversión y obteniendo datos fiables que, si deseas, puedes compartir por internet. Existen varios tutoriales sobre construir una estación meteorológica en casa con Raspberri
Raspberri, te ofrecen más opciones. Si eres un manitas de la informática puedes incorporar en la placa sensores de movimiento, conectados a un emisor de sonido, fabricando una alarma de seguridad casera.
A un Raspberri puedes conectar cámaras, pantallas, altavoces, micros y un largo etc. Durante la pandemia del COVID-19, algunos usuarios fabricaron dispositivos para comunicarse por Zoom, en videollamada, con amigos y familiares, sin necesidad de utilizar el ordenador y obteniendo una calidad de imagen superior a la que conseguían con el móvil. Todo ello, con poca inversión económica.
Tarjeta SD.
La unidad de memoria de un Raspberri es bastante limitada. Se llena enseguida. Por lo que si quieres guardar archivos, necesitas una memoria extraíble.
El sistema operativo Linux se integra en Raspberri mediante tarjetas SD o a través de un pendrive. Las tarjetas SD además actúan como un disco duro del ordenador, permitiéndole trabajar más rápido y efectuar funciones como navegar por internet, visionar videos o jugar a videojuegos.
Digamos que la tarjeta SD es un elemento indispensable para el Raspberri. De hecho, todos los dispositivos que se venden, vienen equipados con una ranura para introducir estas tarjetas.
No hay un límite de gigas para incorporar tarjetas SD. Piensa que cuanta más capacidad tenga, de más almacenamiento dispones y más potencia tiene el disco duro.
Algunos usuarios, en lugar de tarjetas, conectan al Raspberri discos duros externos por medio de cables USB. Según comenta alguno de ellos en foros, es una manera de convertir el microordenador en un dispositivo más profesional.
Hats.
Los hats (sombreros) son módulos que se instalan en la placa base de Raspberri añadiendo nuevas funcionalidades. Son la clave de la personalización del Raspberri. La placa dispone de unos 40 pines de conexión GPIO, que son pequeños agujeros donde encajas estos complementos como si fueran un enchufe.
Algunos de los accesorios de los que hemos hablado en este artículo son hats, como los ventiladores para la refrigeración de la placa, los sensores con los que construir una estación meteorológica o los puntos de entrada HDMI para conectar accesorios externos.
Los hats nos ofrecen una gran variedad de posibilidades. Podemos integrar en nuestro Raspberri tarjetas gráficas, tarjetas de sonido, sintonizadores para captar la señal de Wilfi, receptores de bluetooth, controladores de pantallas táctiles, etc.
Accesorios arcade.
Otra de las funciones que más expectación ha despertado entre algunos usuarios de Raspberri es la posibilidad de jugar y programar videojuegos, especialmente en sus formatos más antiguos, los juegos arcade.
Por su simplicidad, son compatibles con esta tecnología. Podemos programar videojuegos sencillos, como los clásicos de marcianitos, o leer otros ya programados.
Esta funcionalidad ha creado micro-nicho dentro de la comunidad de usuarios de Raspberri que ha dado lugar a que se fabriquen una gran variedad de accesorios, como pequeñas pantallas con mandos incorporados, que nos recuerdan a las máquinas que había en los salones recreativos de los años 80, o a los mandos de las primeras consolas arcade caseras.
Raspberri nos presenta todo un ecosistema con una gran variedad de posibilidades por descubrir.