Hoy en día prácticamente cualquier empresa tiene una página web corporativa que aporta visibilidad a la marca. Y eso como mínimo, porque a veces lo que resulta más interesante es tener, directamente, una tienda online a través de la cual vender tus productos o servicios en cualquier rincón del planeta. Debido a ello, y a la gran competencia que hay ahora mismo en las redes, han ido apareciendo miles de empresas que se encargan de posicionar la web en los mejores buscadores online con el fin de hacer que los usuarios localicen una página web antes que otra y, por lo tanto, aumente sus posibilidades de venta. Ahora bien ¿es eso todo lo que importa?
El posicionamiento SEO y SEM, que es precisamente de lo que estábamos hablando en el párrafo anterior, puede ser muy importante ya que si tu página no es visible da igual las ofertas que tengas o el gran trabajo que hagas: si no te ven, no eres nadie. Simple, sencillo y real. Pero hoy en día puedes tener la mejor visibilidad del mundo y, al mismo tiempo, haberte ganado la peor reputación online, lo que vendría a significar que a pesar de haber conseguido aquello con lo que otros muchos sólo sueñan, tus beneficios seguirían rozando el mínimo. ¿Por qué? Pues porque la reputación online es, hoy en día, un factor de suma importancia.
Malas opiniones, cero clientes
Pensad en un restaurante en cuyo perfil de Google, al que todos podemos acceder y en el que todos podemos opinar, hay diez comentarios de clientes. De esos diez comentarios, seis son buenos, pero hay cuatro nefastos y, además, aparecen por encima por lo que son los primeros que el resto de usuarios leen primero. ¿Qué creéis que pasaría? Es sencillo: el usuario que localizara su restaurante en el buscador para reservar mesa e ir a comer y leyera que tienen mala comida, mal menú, mal servicio o mala higiene (por ejemplo) acabaría por dejar la idea de reservar ahí de lado para pasar a reservar en el restaurante que hubiera en segunda posición de resultados y, por ende, acabaría ganando más el segundo que el primero, a pesar de que el posicionamiento Web diga lo contrario.
Es por eso que, del mismo modo en el que todo evoluciona, el marketing online también lo hace y hemos pasado de buscar un servicio concreto a intentar gestionar tanto dicho posicionamiento como las redes sociales y, por supuesto, la reputación online. Repunta, expertos en el sector, nos ha asegurado que estando en primera página de resultados de Google, sin necesidad de estar el primero ni el segundo, y con una buena reputación online, podemos obtener mejores y mayores beneficios que apareciendo siempre en primera posición con mala reputación.
Herramientas para gestionar la reputación online:
- Awario: esta herramienta rastrea las menciones de tu marca en las principales redes sociales y la web en tiempo real. Con ella podemos responder directamente a los comentarios y analizar gráficos de análisis que miden la proporción de menciones positivas y negativas.
- Reputology: es interesante porque nos ayuda a profundizar en la geolocalización, pudiendo así analizar por qué nuestra marca funciona mejor en una ubicación que en otra.
- Gofish: permite hacer búsquedas en más de 40 sitios web a la vez para buscar quejas sobre tu negocio o marca. Podemos ver calificaciones y responder a dichas quejas.
- Seo SpyGlass: nos ayuda a monitorizar backlinks y analizar la autoridad de cada uno de nuestros enlaces. Además, nos puede ayudar a medir el riesgo de penalización.
- Grade.us: nos permite automatizar la monitorización de comentarios y calcular tendencias. Muy interesante.
- Brandwatch: tiene grandes características avanzadas como el reconocimiento de imágenes o temas de tendencia, pero no es una herramienta económica. Permite el análisis demográfico y tiene una gran cobertura de redes sociales.
Ahora bien, si antes de medir o analizar nada lo que quieres es crearte una buena reputación online, te damos 5 ideas:
- Transmite confianza: utiliza sellos de confianza online en tu web, crea un perfil de empresa en Google + y las principales redes sociales. Ten siempre visible un email de contacto y un teléfono.
- Abre un dominio con tu nombre de marca
- Ofrece algo diferenciador, único, algo que sólo tú o tu empresa pueda dar al cliente.
- Ten siempre presente una estrategia de marca para no salirte de ella perdiendo el tiempo en aquello que no te interese.
- Y, por supuesto, programa los contenidos de tu web para que haya nuevos artículos, imágenes e información periódicamente.