Me encargo de llevar la gestión de un polideportivo privado y estos meses han sido algo ajetreados ya que hubo que reformar todas las pistas. Semanas de mucho lío buscando una empresa que te pudiera hacer el trabajo de forma eficiente.
Al final nos decidimos por Niberma y quedamos totalmente satisfechos, un grupo de profesionales muy majos que consiguieron instalarnos unas pistas de gran durabilidad y que encima se veían extraordinarias, casi hasta daba pena estrenarlas. En otras palabras, cumplí mi sueño de comprar una pista de padel.
Durante esos días tuve a mi viejo ordenador portátil a pleno rendimiento. Rezaba todos los días que entraba en la oficina porque siguiese “vivo” y bueno aguantó, pero cuando acabamos toda la renovación de las pistas aproveché para pedirle a mi jefe un portátil nuevo y aunque de primeras quería “parchearlo”, al final cedió, el pobre Toshiba no daba ya para más.
Al final me compré uno de la misma marca por la buena experiencia con el anterior, pero seguí una serie de pasos que me recomendó un amigo informático que os comento:
En primer lugar, volví a elegir un portátil porque es lo más práctico. En 2016 lo cierto es que pueden tener una potencia equivalente a la de los PCs de sobremesa, por lo que nos dan una serie de posibilidades a la hora de trabajar unido a su manejabilidad.
Elegir nuestro portátil es un proceso más complejo que uno de sobremesa y como elemento clave está la batería donde debemos elegir correctamente los componentes para poder alargar la autonomía al máximo. Hay que tener en cuenta que el mercado ha cambiado bastante en los últimos años, ahora hay muchas variantes. Lo que uno debe saber es el tipo de ordenador que necesita.
- Ultrabook: Es una versión específica de portátil que creo Intel para competir con los Macbook de Apple, grosos fino y elementos como pantalla táctil, de precio elevado.
- Convertible: Se han puesto de moda, pudiendo extraer la pantalla donde se convierten en una tablet, muy cómodos, pero de rendimiento menor que los portátiles.
- Chromebooks: Son ordenadores de coste bajo que tienen el sistema operátivo ChromeOS. Están pensados para trabajar en Internet. No tienen unidad de almacenamiento y tienen que estar conectados a la red, pues su trabajo lo desarrollan en la nube.
¿Cuál es el uso que le daré?
Además del tipo de ordenador que más nos conviene, se debe pensar en el uso que le vamos a dar, de ello dependerán aspectos como el tamaño de la pantalla y el hardware que afectan a lo que nos va a durar la batería. Todo depende de si solo lo queremos para trabajo de ofimática o si se va a jugar con él o si se van a ver películas. Cada persona tiene que tener claro para que va a usar.
Algo que quiero dejarte claro y que me parece fundamental es la batería:
Es importante saber qué tipo de batería necesitas. En caso de que vayas a usar el portátil en una mesa frente a un enchufe, no es tan importante, ya que puedes recargarla cuando quieres. Si vas a usarla para viajar debes comprobar que tenga una batería de capacidad amplia o si se puede reemplazar fácilmente por otra de repuesto.
Cada vez hay menos portátiles que ofrecen baterías extraíbles, siendo aconsejable que la autonomía mínima sea de unas 7 horas. Aquí, acuérdate de no fiarte de las especificaciones de los fabricantes, siendo fundamental buscar análisis independientes, de gran utilidad y que se ajustan más a la realidad.
Otro elemento importante y que no todo el mundo se fija es la carcasa. El material del que está hecho no solo tiene una función estética. Los dispositivos más baratos suelen estar realizados en plástico, el cual es más pesado y disipa peor el calor. La gama alta con frecuencia suele usar carcasas de aluminio, aleaciones de magnesio o fibra de carbono, materiales que son ligeros, resistentes y que eliminan bien el calor del procesador o el chip de la gráfica.
Espero que después de estos consejillos tengas más claro el portátil por el que te debes decidir. Luego si te equivocas vienen las lamentaciones y te das cuenta de la importancia de elegir bien.